Un blog para celebrar el papel de las mujeres en la historia, mas allá de su presencia en la mitología y espiritualidad, en leyenda y cuentos de hadas...

Mujeres de carne y hueso que cambiaron el rumbo de la historia y que aportaron al mundo una nueva visión...

Y si las encuentro, mujeres que también demostraron que pueden ser los seres mas crueles de la historia...

martes, 6 de julio de 2010

Boudica

Boudica De esta mujer hay que hablar con orgullo y respeto, sobre todo, los que seguimos de alguna manera por la senda celta…

Su nombre adopta varias formas en los manuscritos: Boadicea y Boudicea en Tácito; Βουδουικα, Βουνδουικα y Βοδουικα en Dión Casio, pero es casi seguro que originalmente era Boudica, derivada de la palabra céltica bouda: ‘victoria’ (del protocelta boudīko: ‘victorioso’); en irlandés bua, buaidheach, y en galés buddug.

El nombre puede hallarse en inscripciones como “Boudica” en Lusitania, “Boudiga” en Burdeos y “Bodicca” en Bretaña.

Basándose en el desarrollo posterior del galés y el irlandés, se ha determinado que la ortografía correcta del nombre es Boudica, pronunciado boudíka /bəʊˈdiːka:/, aunque muchos pronuncian erróneamente búdika /ˈbuːdɪkə/.

Boudica, fue una reina de los ícenos, una tribu britana que vivieron en lo que hoy es el condado de Norfolk, entre los siglos I antes de Cristo y el I después de Cristo, que liderizó a varias tribus britanas contra la ocupación romana entre los años 60 y 61 de la era común. Hija de realeza, se dice que era una mujer fuerte, de voz áspera y mirada feroz, además de ser bendecida con una “una inteligencia más grande que la que generalmente tienen las mujeres”: Dión Casio.

Esposa de Prasutagus (probablemente llamado Esuprastus) rey de los ícenos, vivía una vida tranquila, gracias a un acuerdo del rey con el imperio romano (Claudio y sus generales) bajo el estatutos de aliados, que duró hasta la muerte del rey Prasutagus.

Como no tuvieron hijos varones (solo dos niñas) para heredarle el trono, al rey Prasutagus se le ocurrió dejar un testamento donde el poder se lo compartía sus hijas y el emperador, con la esperanza de que su reino, luego de su muerte, siguiera con los estatutos de semi-independencia. Pero los romanos solo reconocía por ley, la línea sucesorial a hijos varones; así que el imperio ignoró los deseos de Prasutagus y el territorio iceno fue anexado como si hubiese sido conquistado.

Según Dion Casio, los romanos desataron una ola de violencia y saqueos en los nuevos territorios, haciendo a todos esclavos para pagar la deuda que había contraído el rey con Roma; pero según Tácito, la avaricia del procurador Cato Deciano llego a los extremos de humillar y azotar públicamente a Boudica y ordenar la violación de sus hijas; desatando la ira de la reina.

En la Isla de Mona, hoy Anglesey, centro druídico por excelencia y de británicos rebeldes, la reina Boudica, se reunió con otros lideres de tribus, en contra del infame imperio invasor.

Se dice que siguiendo el ejemplo de Arminio, Boudica eligió como método de adivinación una liebre, para decidir el destino de su tropa, soltándola de sus ropajes e invocando a la Diosa Andraste (diosa de la victoria britana); siendo el primer blanco del ejercito celta, Camulodunum (Colchester), tomando desprevenido al enemigo ahí apostado; luego cayeron Londinium y Viroconium…

Hasta la Batalla de Watling Street, en un sitio todavía no determinado, donde Boudica se enfrenta a Cayo Suetonio (gobernador de Britania) y donde el desastre sobreviene sobre nuestra heroína.

Aunque superados en numero, los romanos eran mucho mas disciplinados, ordenados y mejor armados; contra guerreros si bien con mucho coraje y corazón, no tenían ni las armas, ni educación, ni homogeneidad de su enemigo; Cayo Suetonio era un estratega consumado y supo manejar bien las ventajas y desventajas de su ejercito y del campo de batalla.

La masacre fue total y al no poder perforar la formación enemiga, los britanos entraron en pánico y comenzaron a retroceder, aplastándose unos a otros mientras los romanos seguían su avance implacablemente. En total se cree que el ejercito romano masacró alrededor de 40 mil personas, entre ellas, mujeres embarazadas, niños y ancianos.

Boudica, según Tácito, terminó suicidándose tomando veneno para no ser atrapada, pero existen otras versiones de su final.

Tal fue la marca que el imperio romano dejó sobre los celtas britanos con la derrota de Boudica que después de esta batalla pasaron 4 siglos de paz en el territorio, sin nuevas refriegas o rebeliones.