Las Amazonas (en griego antiguo Ἀμαζόνες)

Estas mujeres guerreras clásicas de le Grecia antigua, mujeres fuertes y dominantes, hijas de Ares con la ninfa Harmonía, se creía que vivían en Ponto (la actual Turquía) cerca del Mar Negro, una de sus mas notables reina fue Hipólita de la cual se cree fue fundadora de varias ciudades entre las cuales encontramos Esmirna, Éfeso, Sinopes y Pagos. Según la leyenda Hipólita poseía un cinturón mágico regalo de su padre inmortal Ares que fue luego robado por Heracles (Hércules)

Devotas de la diosa Artemisa, diosa relacionada con amor entre mujeres, por ello la imagen de las amazonas son relacionadas muchas veces con el lesbianismo; eran una sociedad exclusivamente feminista y solo se relacionaban con hombres para poder perpetuar la especie. Para ello, visitaban a los Gárgaros una vez al año.

Una vez que nacían los bebés, las niñas eran criadas por sus madres y adiestradas en todas las áreas de la vida amazónica, incluyendo el campo, la caza y las artes de guerra; los varones sin embargo, eran sacrificados, abandonados a su suerte o en el mejor de los casos enviado de vuelta con sus padres.

Según la leyenda se cortaban o según Hipócrates: «No tienen pechos derechos. .. pues cuando aún son bebés sus madres ponen al rojo un instrumento de bronce fabricado para este único fin y lo aplican al pecho derecho para cauterizarlo, de forma que su crecimiento se detiene, y toda su fuerza y volumen se desvía al hombro y el brazo derechos» para poder manejar mejor el arco y la flecha y arrojar mejor las lanzas, por eso se cree que la palabra “Amazona” puede venir de la unión de la palabra “a” que significa sin en griego y “maston” que significa pecho. Pero en realidad no hay indicios prácticos de esta costumbre en las obras de arte que representaba a estas guerreras, aunque si aparecen con el seno izquierdo tapado mientras que el derecho está descubierto.

Herodoto fue quien siguió a las Amazonas hasta ubicarlas a lo que hoy es el sur de Rusia. Por mucho tiempo se creyó que sus escrituras eran simples leyenda hasta que en la década de los noventas, excavaciones hechas en el área determinaron que la leyenda puede tener bases históricas concretas, con el descubrimiento de los Sármatianos.

Hay opiniones encontradas acerca de las Amazonas, muchas veces estas mujeres guerreras son endiosadas por su ferocidad y capacidad en batalla como cuando Alejandro Magno aseguraba que su madre era descendiente directa de ellas, pero también son en ocasiones demonizadas por escritores e historiadores, quizás victimas del temor masculino ancestral de ser dominados por féminas mas fuertes y poderosas que ellos. Por ejemplo Heródoto las llamó Andróctonas (‘asesinas de varones’), y Euristeo envió a Hércules a robarle el cinturón mágico a Hipólita.

Actualmente el nombre de estas poderosas guerreras lo enarbola un rio igual de majestuoso en nuestro continente americano, gracias, según las crónicas de entonces , a Francisco de Orellana conquistador español en 1542, cuya expedición para reabastecerse de provisiones para el paso transandino, hizo una parada junto al Río Napo ( Ecuador) en las inmediaciones del territorio de los indios Irimaraezes que habrían preguntado a los españoles si iban a «visitar el territorio de las Amurianos a quienes ellos llamaban ‘grandes señoras’, pues, si lo hiciesen, tomasen precauciones, porque ellas eran muy numerosas y que los matarían». Carvajal describió los innumerables encuentros y percances. A finales de junio, por San Juan, la expedición hizo una parada para festejar el santo, pero nuevamente tuvieron que hacer frente a una tribu hostil. Orellana intentó el entendimiento, pero los aborígenes afirmaron «que nos cogerían a todos para llevarnos a las mujeres guerreras». Los españoles respondieron con el fuego de las armas; la lucha se intensificó y el propio Carvajal fue herido. Surgen entonces las referidas mujeres con arcos y flechas en auxilio de la tribu. «Ellas luchaban con tal ardor que los indios no osaban retroceder y si alguno huía frente a nosotros eran ellas quienes los mataban a palos (...). Son muy blancas y altas, con el pelo muy largo, entrelazado y enrollado en la cabeza. Tienen los miembros grandes y fuertes y van desnudas a propósito, tapadas en sus vergüenzas; con sus arcos y flechas en la mano, son tan combativas como diez indios (...). Ciertamente hubo una de esas mujeres que metió un palmo de flecha por uno de los bergantines, y las otras, un poco menos, de modo que nuestros bergantines parecían puerco espines .» Son palabras de Carvajal. Mil kilómetros de río descenderían Orellana y sus compañeros y fue él quien bautizaría este inmenso río de las Amazonas.

Mujeres guerreras, mujeres fuertes, independientes, poderosas, mujeres que deberían de servir de ejemplo y saltar de las paginas de la leyenda a la actual realidad.